“Muchas son las cátedras universitarias, pero escasos los maestros sabios y nobles. Muchas y grandes son las aulas, más no abundan los jóvenes con verdadera sed de verdad y justicia.” Este punto de vista visionario de Albert Einstein llama a la reflexión en el papel que las universidades, los profesores y los alumnos universitarios juegan hoy en día en el proceso de enseñanza y aprendizaje con el fin de convertirse en profesionales del futuro. Gardner aboga por una educación de “valores y objetivos humanos”; Cheng, por su parte, se refiere a una educación donde “la toma de decisiones, la solución de problemas y el pensamiento crítico” son ejes fundamentales; Levy y Murnane proponen una educación que apunte al “pensamiento especializado, comunicación compleja, tareas cognitivas rutinarias, tareas manuales rutinarias, tareas manuales no rutinarias”. La tendencia, sin duda alguna, dista bastante de la educación tradicional basada en clases magistrales centradas en el profesor y en la memorización de la materia. Por el contrario, el objetivo de la educación de este siglo está dirigida a formar individuos integrales con capacidad de adaptabilidad y con excelentes conocimientos que le permitan sobrevivir y destacarse en un mundo globalizado altamente competitivo y con exigencias de punta.
Concuerdo con la idea de Cheng arraigada en “una visión antropológica” para describir el ambiente de trabajo afirmando que “la educación actual no está preparando a los jóvenes para el futuro, pues únicamente los forma para que desempeñen un trabajo.” La diferencia entre el alumno que estudia para pasar un examen con nota mínima o aceptable y el alumno que se prepara para desarrollar sus destrezas de conocimiento y la aplicación de éstas en un contexto real está altamente ligada al ambiente educativo donde se haya propiciado la enseñanza. Las universidades deben afrontar este reto de preparar los profesionales del futuro estructurando de manera adecuada e inteligente su curriculum e incluyendo no solamente materias relacionadas con la carrera del alumno, sino como bien lo señala Cheng (2007) “enriquecer la labor de aula con actividades extracurriculares para ampliar las experiencias de los estudiantes.” Este mismo autor continúa enfatizando el fomentar ideas como la actualización constante, la capacidad de adaptación y flexibilidad, que de hecho son elementos sumamente importantes para ir de la mano de la exigencias del mundo laboral. Es responsabilidad de los profesores y de todas las personas que intervienen en el proceso educativo de un individuo abrirse a este cambio.
¿Cómo se reflejan estas propuestas en la práctica docente de un profesor universitario? La fórmula es muy sencilla y está al alcance de la mano de cualquier profesional en educación que realmente quiera hacer la diferencia con su aporte pedagógico y humano. Sin embargo, como bien lo expresan Levy y Murnane (2007), “no deberíamos esperar una transición fácil. El enseñar el pensamiento especializado y la comunicación compleja requerirá ajustes significativos, y la demografía de la nación no está de nuestro lado.” Pero se puede empezar por medio de cambios de actitud del docente. El profesor tiene que mostrar a sus alumnos su parte humana al disfrutar lo que hace y ser un pilar más en su proceso de enseñanza y aprendizaje. Los alumnos son personas valiosas, diamantes en bruto, que pueden pulirse con el objetivo de aportar excelentes ideas en el desarrollo del curso. Necesitan recibir apoyo por medio de palabras y gestos que activen su motivación intrínseca para generar curiosidad por lo que se investiga y se aprende. Por otra parte, el docente debe acortar las brechas generacionales, de discriminación, sociales, culturales ya que todos formamos parte de una aldea global. El aula debe de ser una réplica del trabajo venidero y no una cápsula que enfrasque y limite al estudiante. Se predica con el ejemplo. La puntualidad, el respeto y el profesionalismo a la hora de interactuar con los alumnos es parte de la carta de presentación de todo profesor. Finalmente, el docente debe de actualizar sus conocimientos, leer nuevas propuestas y libros que le hagan un profesional docente preparado y más crítico para sus alumnos del siglo XXI. El uso de herramientas como Blackboard, blogs, foros de discusión, presentaciones usando Power Point o Prezi para darle un atractivo más tecnológico a las clases no son opcionales, al contrario, son parte fundamental del desarrollo de toda lección.
Retomando los aspectos propuestos por expertos como Gardner, vemos que éste centra su atención en cinco conceptos que describen al profesional del futuro: “creativos, disciplinados, sintéticos, respetuosos y éticos.” Esta propuesta busca una armonía del individuo con él mismo y con su entorno. La persona capaz de dominarse, es capaz de socializar y manejar sus situaciones diarias exitosamente. La autonomía de pensamiento y la expresión de ideas dadas en un contexto de respeto aseguran una negociación eficaz y el aprovechamiento del tiempo y de los recursos en cualquier campo laboral. Esta sería parte de la respuesta a la pregunta planteada por Levy y Murnane (2007), “¿cuál educación y cuáles habilidades se necesitan para tener un empleo decente en el mercado laboral creado por las computadoras y la globalización?
En síntesis, el profesional del futuro es aquel que rompe fronteras físicas y de pensamiento; es el que innova e incursiona en su entorno personal y social. Es aquel hombre o mujer que encuentra una oportunidad de aprendizaje y éxito frente a situaciones difíciles que retan a resolverlas a la luz de su conocimiento, intuición, sentido común y trabajo colaborativo en equipo. Es un individuo que pertenece a la sociedad internacional ya que va a estar conectado por medio de la tecnología a un mundo global y de desarrollo. El profesional del futuro muestra sus conocimientos interdisciplinarios, pro-actividad, interés de educarse continuamente, y capacidad de adaptarse a los constantes cambios del campo laboral. Por lo tanto, Gardner, Cheng y Levy y Murnane mezclan el desarrollo cognoscitivo, tecnológico y social como elementos claves para desarrollar el profesional del futuro en un mundo globalizado.
Bibliografía
Bibliografía
Gardner, H. (2005). Las cinco mentes del futuro: Un ensayo educativo. México: Paidos.
Cheng, K. The Postindustrial Workplace and Challenges to Education. (2007). En Marcelo M. Suarez (Ed.), Learning in the global era: International perspectives on globalization and education. Los Angeles, CA: University of California Press.
Levy, F. y Murnane, R. (2007). How computerized work and globalization shape human skill demands. En Marcelo M. Suarez (Ed.), Learning in the global era: International perspectives on globalization and education. Los Angeles, CA: University of California Press. Traducido al español.
Estimada compañera, me gustó mucho tu aporte, y hago énfasis en una frase que mencionas:
ResponderEliminar"En síntesis, el profesional del futuro es aquel que rompe fronteras físicas y de pensamiento; es el que innova e incursiona en su entorno personal y social. Es aquel hombre o mujer que encuentra una oportunidad de aprendizaje..." ciertamente encontrar una oportunidad de aprendizaje depende de cada ser y me gusta como presentas estas oportunidades de crecimiento tanto a hombres como a mujeres, ¿como sería el profesional del futuro sin la igualdad de género o sin políticas de equidad de oportunidades para personas con discapacidad? sin duda alguna, los valores de honestidad, respeto, tolerancia y solidaridad deben estar inmersos en las competencias para la formación de los futuros profesionales.
Saludos,
Andrea,
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Aún en este siglo, encontramos problemas de igualdad. He ahí la importancia de dirigirse tanto a hombres como a mujeres ya que en las aulas universitarias encontramos ambos sexos, siendo estudiantes o profesores.
Saludos,
Krissia
Estimada compañera:
ResponderEliminarConcuerdo plenamente con sus apreciaciones.
En síntesis es un tema de actitud y muy importante lo que menciona de que el profesional debe ser capaz de dominarse primero. Bien lo decían nuestros padres fundantes desde la época de Aristóteles, el dominio propio es el motor que lo guía a uno a relacionarse con los demás y a tomar las mejores decisiones.
Hola Vane,
EliminarPara dominarse hay que ser guiado a este logro tan certero e indispensable en la vida de cualquier individuo. El educador debe ser partícipe de este proceso, aportando su grano de arena en cada lección y actividad propuesta.
Sin duda alguna, estos autores apuntan a una visión integral y holística del profesional del futuro. Un futuro cada vez más incierto y una necesidad de preparar para la vida, de preparar para un futuro que no se puede ya dar por sentado y preparar para salir adelante en condiciones adversas. La propuesta de Gardner describe a un profesional creativo, disciplinado, sintético, respetuoso y ético, todo lo anterior en un contexto globalizado y marcado por el individualismo excesivo, en una cultura que valora más la apariencia que la esencia. Es entonces un reto titánico por parte del docente y del curriculista lograr amalgamar una serie de competencias para fomentar la formación de un profesional integral y co - responsable de sus contexto actual.
ResponderEliminarHola Ericka,
ResponderEliminarGracias por tu aporte y por agregar tu comentario tan enfocado a la realidad de nuestra educación.
Krissia:
ResponderEliminarTu reflexión me parece muy interesante, especialmente cuando mencionas "...Concuerdo con la idea de Cheng arraigada en “una visión antropológica” para describir el ambiente de trabajo afirmando que “la educación actual no está preparando a los jóvenes para el futuro, pues únicamente los forma para que desempeñen un trabajo...". Yo también concuerdo con el autor y contigo, de hecho me parece que en el mejor de los casos podríamos afirmar que los currículos actuales preparan a los estudiantes para desempeñar un trabajo, porque en la mayoría de las profesiones nos quejamos de lo mal preparado que vienen los estudiantes para el ejercicio profesional. Peor aún si pensamos en competencias para la vida y para desarrollarse como seres integrales en este momento histórico. ¿Qué opinas, será acaso que soy muy pesimista o será una realidad?
Más bien creo que estas siendo realista. No se puede tapar el sol con un dedo. Algunos personas graduadas están muy lejos de mostrar un comportamiento profesional que muestre sus competencias. Muchas veces son muy buenos encontrando información ya que ésta está a un "click" de distancia. Sin embargo, son incapaces de emitir un comentario congruente o crítico relacionado con diferentes temas.
ResponderEliminarKrissia
ResponderEliminarMuy buena su intervención. Como profesionales de este siglo debemos establecer diferencias. Si eso conlleva más trabajo y esfuerzo, pues adelante. Ahora debemos estar dispuestos para el mundo, para abrir puertas y romper barreras. El hecho de exponer a nuestros estudiantes a oportunidades globales nos dará herramientas significativas para que como profesionales del siglo XXI podamos empezar a trazar un nuevo rumbo.
Hola Errol,
ResponderEliminarAgradezco tus comentarios. Se que todos los que estamos en esta maestría queremos tener un mejor perfil profesional para abrir esas puertas y romper barreras. Me siento orgullosa de poder hacer la diferencia en mis clases en diferentes formas.